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La extinción de incendios aéreos es un trabajo peligroso pero esencial. Los pilotos vuelan aviones equipados con agua o retardantes de fuego para arrojar fuego desde el aire. Deben poder volar en condiciones difíciles, a menudo de noche o con poca visibilidad. También deben poder trabajar en estrecha colaboración con el personal de tierra para coordinar sus esfuerzos. La extinción aérea de incendios es una parte vital de la lucha contra los incendios forestales.
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