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Vikingos: un negocio hambriento En la época de los vikingos, ser guerrero era un negocio hambriento. Asaltar aldeas y saquear tesoros estaba muy bien, pero no siempre quedaba suficiente para comer. Es por eso que los vikingos siempre estaban buscando nuevas formas de conseguir comida. Un día, un grupo de vikingos navegaba por la costa cuando vieron una bandada de gallinas. Los vikingos inmediatamente sintieron hambre y decidieron desembarcar y pescar algunas gallinas para cenar. Pero mientras intentaban atrapar las gallinas, se dieron cuenta de que estaban siendo observados por un grupo de aldeanos. Los aldeanos iban armados con horcas y azadones y no estaban contentos de ver a los vikingos. Gritaron a los vikingos que se fueran, pero los vikingos se negaron. Tenían demasiada hambre para perder la oportunidad de disfrutar de una comida deliciosa. Los aldeanos y los vikingos lucharon durante horas, pero al final, los vikingos salieron victoriosos. Capturaron las gallinas y las llevaron de regreso a su barco. Los vikingos estaban muy felices de tener un festín y celebraron su victoria hasta bien entrada la noche. La moraleja de la historia es que si eres vikingo, tendrás que tener hambre para sobrevivir. Pero si eres inteligente e ingenioso, siempre encontrarás la manera de conseguir algo de comida.
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