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Un simple juego de caza En un pequeño claro del bosque, había un joven con su arco y su flecha. Llevaba horas cazando y empezaba a cansarse. Pero sabía que no podía darse por vencido ahora. Tenía que seguir adelante hasta encontrar a su presa. El joven respiró hondo y examinó los árboles. Podía ver algunos ciervos en la distancia, pero estaban demasiado lejos para poder disparar. Tendría que acercarse. El joven se arrastró lentamente por el bosque, con cuidado de no hacer ningún ruido. Se movió de árbol en árbol, hasta que estuvo dentro del alcance del ciervo. Levantó su arco y apuntó. El joven soltó la flecha y ésta voló por el aire. Golpeó al ciervo en el corazón y el animal cayó al suelo. El joven sonrió. Finalmente había atrapado a su presa. El joven se acercó al ciervo y lo desolló. Luego cortó la carne y la llevó de regreso a su aldea. Los aldeanos estaban agradecidos por la captura del joven y se dieron un festín con la carne de venado durante muchos días. El joven estaba orgulloso de su logro. Había aprendido que cazar no era fácil, pero sí una experiencia gratificante. También aprendió que la paciencia y la perseverancia eran esenciales para el éxito.
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